La luna y la miel.
- Anduriña
- 19 may 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 30 mar 2020
¡Hola! ¡Feliz domingo!
Siempre aprovechamos el fin de semana para sentarnos un ratito delante del ordenador y escribir alguna experiencia en el blog y estos días con lluvia fuera son perfectos para hacerlo.
Como muchos ya sabéis, el 20 de abril nos casamos en Nigrán, Pontevedra y la verdad, seguimos muy emocionados por haber conseguido celebrar la boda que deseábamos. Más adelante os hablaremos de nuestro equipo de proveedores, artífice y creador de un día mágico que nunca vamos a olvidar
Pero hoy venimos a hablaros de nuestro pequeño viaje de novios. Una luna de miel que nos cargó las pilas y nos hizo disfrutar de momentos únicos.
Salimos desde A Coruña con destino Toledo, incluyendo una pequeña parada en Segovia para comer. Muchos kilométros que aprovechamos para ponernos al día de la boda: lo que Ángel había visto y yo me perdí, lo que sentimos, anécdotas, recuerdos, bailes... ¡Es muy emocionante recordarlo sobre la carretera, porque tienes todo el tiempo del mundo para compartir momentos juntos!


Llegamos a Segovia, por lo visto como miles de personas más. Ese día había demasiada gente y casi no nos da tiempo a comer. Gracias a un señor muy majo que nos persiguió por las calles de la ciudad para decirnos que nos dejaba su sitio en una terraza pudimos sentarnos y picar algo... ¡encantador!


Desde Segovia retomamos camino para llegar a Toledo a dormir. Estuvimos hospedados en el Eurostars y la verdad que bastante bien. Si que es cierto que el ascensor del hotel en algunos pisos queda a una ligera altura del suelo y si vas en silla de ruedas con la maleta y no te fijas, tienes mucha posibilidades de caerte. Importante tenerlo en cuenta y pinzar la silla antes de entrar.
Y por fin, llegamos a Toledo. Una ciudad que para mí fue una gran sorpresa. La mires por donde la mires es espectacular. Cada rincón, cada callejuela, las plazas, las iglesias, sinagogas y mezquitas... Todo está cargado de arte y de belleza.
Pero si vas a visitar Toledo en silla de ruedas acuérdate de que el suelo es empedrado, de que cuestas hay bastantes y que sin ayuda (ya sea de una Freewheel, un Batec o una persona que te eche una mano) cuesta bastante desplazarse por ella. Nosotros al final, hacemos un buen equipo y cuando necesitamos parar paramos y siempre que sea necesario pinzar la silla, nos sincronizamos muy bien. Al final de día estábamos muy cansados pero felices de haber recorrido una ciudad tan bonita juntos.
Y de los amaneceres y atardeceres de Toledo, no hay nada más que decir. Son espectaculares.

En Toledo pasamos dos noches y a la siguiente mañana muy temprano nos fuimos destino Portugal, más concretamente a la costa, a Aveiro.


El viaje fue largo porque quisimos hacerlo por carreteras nacionales y descubrir así los pueblos y paisajes portugueses. Paramos a comer en Castelo Branco y a las 6 de la tarde llegamos al precioso Aveiro. No tardamos nada en dejar las maletas en el hotel e irnos a descubrir la ciudad.
Como ya os contamos por Stories en nuestra cuenta de Instagram (@lavidasobre) pasamos la noche en un pequeño hotel muy bien situado y cuidado hasta el más mínimo detalle. Histórias Por Metro Quadrado (@historiasm2) nos gustó mucho. Contaban con una habitación para personas con movilidad reducida y se veía una gran implicación detrás ya que habían pensado en muchísimos detalles (espejo inclinado, barras, sistema de alarma para caídas, mampara abatible...). Y la decoración del hotel y el personal hacen que sea un lugar con mucho encanto para pasar la noche.


Y ya por la mañana, decidimos desayunar en alguno de los bares de Aveiro. Aquel sol, en aquella terraza, con ese desayuno... ¡Para repetir!

La última parada de nuestro viaje, de nuestra luna y nuestra miel, fue Costa Nova a 15 minutos de Aveiro.
Allí vimos un océano salvaje, un olor a mar impresionante y mucho mucho color. Un rincón del mundo que vale la pena conocer. Después de recorrer Costa Nova, emprendimos el camino hacia Galicia, que el deber nos llamaba.
Disfrutar al 100% de un viaje, sea corto o largo, es lo que hace que lo recuerdes como uno de los mejores con el paso del tiempo. Sin duda, este ha sido el más especial.
¡Nos vemos en la próxima!
Gracias por leernos,
Ángel y Elena.
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